El abrazo contiene inocencia, confianza y multiplica el amor.
Hace saber que el otro está ahí para sostenernos en nuestros momentos vulnerables y dice "te quieros" sin palabras.
Tiene el enorme poder de mejorarnos el ánimo, contagia fuerza, alegra el Alma.

¿Cuántos abrazos hay que dar en la vida? Todos los que podamos.

Anécdota

Hace unos años me topé en la calle con un grupo de jóvenes que estaba ofreciendo abrazos a todo el que pasaba, y se acercaron con mucha simpatía al grupo de personas entre las que yo estaba. Eran unos "locos lindos", pero al momento que uno de ellos se acercó para abrazarme, me sorprendieron mis propias resistencias.

Fue un ejercicio que me desafió, porque apareció una creencia en mi cabeza: "la humanidad es malvada, acercarse es peligroso" que, al permitir el abrazo, dejó de ser tan absoluta.. En ese momento se me cruzó por la mente el pensamiento que alguno de esos chicos, que seguía su camino tan alegremente, tal vez le daría a alguien su único abrazo del día, y eso me golpeó. Me mostró un rasgo de la Humildad frente al valor de Dar y también el de Permitir que algo bueno nos traspase. Y de hacerlo sencillamente porque sí.

Fue un momento que alegró mi tarde por partida doble: por un lado, recibí un cálido abrazo de un completo extraño que durante ese momento fue un hermano; y por otro, un baño de Humildad que me limpió de un prejuicio escondido. Me quedé "llena" de ternura, de alegría, de un sentimiento que hoy, a la distancia, lo acercaría a la compasión. Fue sentir que en ese abrazo que recibí y que dí, de alguna manera me abracé a mi misma..

A veces necesitamos aprender a dar abrazos y a dejarnos abrazar, y de esa forma dejarnos transformar.