Eres la Vida misma buscando crecer y prosperar. Los frutos suelen ser un reflejo de la labor realizada, pero a veces lo invertido no rinde como esperabas. ¿Esto significa que experimentas un fracaso? No necesariamente. Puede que así lo sientas; pero son tus miedos, tus expectativas y tus proyecciones (o comparaciones) los que han trazado esa ruta.
Si no llegas a ninguna parte, puedes cambiar el mapa y trazar un nuevo rumbo, uno hacia adentro, volviéndote así tu propio punto de referencia. Escucharte sin interferencias es importante. Aunque ahora tengas la sensación de haber invertido o trabajado en vano, es menester que sepas que estás participando de algo más grande y trascendente. Solo ten paciencia. Tomate este tiempo para hacer tu evaluación -si quieres- para pulir los aspectos toscos, para corregirte, mejorar y perseverar; no para juzgarte y condenarte, porque eso es lo que te estanca.
Descubre en ti cuáles son esos miedos ocultos que nublan tu claridad; qué información arcaica aún arrastras en la forma de creencias o mandatos, para dejar de identificarte con ellos.
Lo que subyace son, probablemente, las dudas y temores que traes de experiencias pasadas con el fracaso (sean tuyas o no). Si están activas esas memorias, debes saber que ese "loop" de información errónea merece y puede ser cambiado,analizando tu situación desde un estado más armónico y moderno de tu presente. Encuentra tu centro y cambia tu futuro removiendo esas memorias, sintonizándote con las posibilidades y no con las barreras. Puedes hacerlo porque todo se mueve constantemente, todo cambia.
Para la Vida todo tiene un sentido práctico, no desperdicia nada. Todo lo que viviste te ha traído hasta este instante, incluso lo que percibiste como un fracaso, y puede ser el combustible de un nuevo amanecer.
Tus experiencias te han dado sabiduría y ahora puedes reconocerlas y ponerlas al servicio de tu prosperidad. Toma conciencia. Usa tus recursos sintiendo paz en tu corazón y permanece libre de expectativas, porque esto es confiar en el futuro, en la Vida, es decir, en ti mismo; y siente la alegría de Ser a través de la madurez de tus obras.